La aleación de que están hechas nuestras Almas Automáticas

No nos hemos originado en una fragua en la que se forje un solo metal. Somos producto de una rica amalgama espiritual, una suerte de sólida mixtura etérea producto del empleo constante de nuestra psique. Un material vivo, mutable, sensible, permeable, pero monolítico a la vez, que constituye un todo independiente. Así se está pergeñando Almas Automáticas.

Con la pétrea, pesada y decadente pluma didacquiana.

Con la inquietante y sorprendente melodía fabricada en la factoría de sueños de Beni.

Con la portentosa cúpula melódica producto de la arquitectura eólica y sonora de Terra.

Con la furia y el yunque de seda de Javiek.

Su mezcla hace que seamos un todo. Que seamos Almas Automáticas.